
Un retorno emocionante
María von Touceda
Tras la obligada pausa del año pasado, Artesantander vuelve en su 29 edición con unas propuestas artísticas que nos devuelven el optimismo y la esperanza.
Quizá el arte sea la mejor vacuna para los tiempos que corren, donde el miedo y la ansiedad dominan nuestro mundo. Un bálsamo para el alma tan necesario como cualquiera de los fármacos que nos están inoculando.
Como es habitual, la Galería Javier López & Fer Francés nos da la bienvenida a la feria desde la privilegiada ubicación de su stand. Este año, la espiritualidad del trabajo de José María Yturralde nos envuelve en un aura fluorescente, donde el círculo y toda su simbología, crean una teología pictórica propia que no podemos hacer otra cosa que venerar.
De la mano de Adora Calvo tenemos la suerte de presenciar los “Ejercicios de Caligrafía” de Mitsuo Miura. En varias obras históricas, realizadas en los años setenta, se trasladan los trazos de la escritura oriental a la tercera dimensión a través de cromatismos vivos y una contenida elegancia espacial.
La galería Javier Silva presenta el proyecto “Sueños y eclipses”, de Luis Cruz Hernández, donde el juego permite al artista entrar y salir de sus propios collages.
Artizar nos trae la “Murria” de Marco Alom. Una sorprendente metáfora de este sentimiento melancólico dibujada con la precisión del bolígrafo, que logra las texturas de las rocas basálticas y el plumaje de las aves propias de la isla de El Hierro.
David Martínez Suárez presenta “Todo está ahí” en la galería ATM. Una propuesta escultórica innovadora basada en la técnica hortícola del injerto, llevada a la más pura plasticidad contemporánea, configurando sus piezas por fuerzas internas.
La galería Cànem apuesta por el trabajo de Pilar Beltrán que se sumerge en el concepto de tejido en “Entramats”. Un proyecto de temática textil vinculado a su carácter de labor femenina histórica tanto como al político, social y afectivo. Beltrán plantea, con sus piezas fotográficas y documentos, una reflexión sobre problemáticas globales como la explotación laboral, las crisis de refugiados y la emigración.
Simón Zabell presenta, de la mano la galería El Devenir Art Gallery, “Bravo nuevo mundo” un proyecto sorprendente donde las frecuencias graves musicales se materializan en una serie de pinturas gracias a un proceso casi sinestésico.
My Name´s Lolita apuesta en esta ocasión por el trabajo de Jorge Hernández que muestra en “Pic-nic”, a través de sus bodegones en paisajes, tanto por su temática como por su colorido, una positividad que las sitúa como uno de los platos fuertes de la feria.
La propuesta “Indicio de algo” de Mauro Vallejo viene de la mano de Ogami Press y es un juego metafórico donde los signos se convierten en objetos de reflexión. El artista incide en el lenguaje como objeto de infinitas posibilidades, resignificando la idea de escultura de manera magistral.
La galería Rafael Ortíz trae a la feria el proyecto “De algún modo, de cualquier manera (III)” donde el artista Curro González atrae nuestras miradas con una pintura personalísima en la que figuras y palabras confluyen de una manera irónica. Una apuesta que utiliza singularmente metáforas que funcionan estéticamente con significados y significantes vagos y, a su vez, muy precisos.
Martín Llavaneras presenta su propuesta escultórica “Medicane” con la galería EtHALL. Las obras tienen un cariz delicado en tanto en cuanto presentan una especie de vaciados vegetales en paneles, los cuales crean una agradable sensación en el espectador que se deleita con las texturas propias de la naturaleza conseguidas a través esta técnica.
La galería Punto nos trae los “Continentes inestables” de Marina Camargo. Un trabajo de base cartográfica en el que Camargo convierte estos mapas en piezas escultóricas preciosistas caracterizados por la exactitud de sus volúmenes. Las obras reflexionan sobre las tensiones mundiales y plantea la idea de la imposibilidad de representar realidades completas.
En esta línea cartográfica hay que mencionar el trabajo de Jaelius, en la galería Flecha. En esta ocasión el artista ha optado por mapear los mares, dejando a un lado la tierra, consiguiendo unas formas orgánicas que casi pasan desapercibidas en la realidad y que aquí se convierten en las protagonistas de este reto escultórico. Una serie de piezas azules, como no podía ser de otra manera, entre las que, a modo de anécdota, se encuentra la bahía de Santander.
Set Espai d´Art nos trae una de las apuestas más curiosas en cuanto a temática. Se trata de “37.180.312”, un trabajo de Alberto Gil Cásedas que oscila entre la vida y el arte y que, en esta ocasión, bebe de su otro oficio creando un imaginario donde material de acupuntura manifiesta ciertas rutinas diarias. El resultado final es de una notable exquisitez.
La galería Silvestre nos presenta el proyecto “Delfín tornillo sin fin” de Almudena Lanceolada. Una serie pictórica, con un cromatismo que oscila entre amables tonos pastel y otros más brillantes, sobre el carácter cíclico de la naturaleza. Una apuesta sencilla pero no por ello menos cargada de fuerza.
La galería Daniel Cuevas trae la apuesta más impactante de mi recorrido por la feria. El trabajo de Concha García “La vida va” trata sobre los viajes de la artista de Madrid a Santander y plasma con una habilidad pasmosa toda la magia que contiene este camino. García ensimisma al espectador con esta serie que exhala la emoción y la curiosidad de este maravilloso viaje con un empaque estético inigualable.
“Copia” es el trabajo de Raquel Serrano Tafalla que nos trae Di Gallery. Una serie que mezcla lo analógico y lo digital en una suerte de copia de copia que, en esencia, es la grandeza de la Historia del Arte, plasmada en esta serie de forma tan etérea que abruma a la vez que relaja la mirada de un espectador que busca a qué atenerse ante la delicadeza de sus piezas.
Como coda final de este recorrido por algunas de las propuestas de Artesantander hablaré de la apuesta de Yusto/Giner. En esta ocasión el artista elegido es Imon Boy, un grafitero anónimo que ha decidido renegar de la testosterona propia de sus congéneres para ofrecernos el lado amable de su oficio. En “La pecera” nos presenta un trabajo de estudio lleno de ironía y humor en el que plasma, con la ternura que lo caracteriza, una serie de pinturas, y una pieza escultórica, en las que este artista crea micromundos a los que los espectadores nos asomamos como a una pecera. El personalísimo lenguaje de Imon Boy está lleno de cariño y, tal vez, sea esto el mejor final para el recorrido de una feria donde retornan emociones que la pandemia casi nos había hecho olvidar.
Imagen de Portada: Daniel Pedriza (El Diario Montañés)