Escapología I, 2023
Impresión cromogénica siliconada sobre metacrilato pulido, con trasera de dibón + bastidor de aluminio
100 × 150 × 4 cm
Director
Juan Cruz
Contacto
Muro de los Navarros 66
41003 Sevilla
Móv.: 667 265 896
www.diartgallery.com
hola@diartgallery.com
Artistas representados
Agus Díaz Vázquez
Alejandro Ginés
Amaya Suberviola
Carlos Martínez
Dionisio González
Miguel Gómez Losada
Miguel Ángel Cardenal
Pablo Little
Pablo Merchante
Pablo Padilla
Paco Pérez Valencia
Pepe Domínguez
Raquel Serrano
Rosa Aguilar
Zesar Bahamonte
Dionisio González
A cuatro días de la fuga del mundo
Si el viaje implica el conocimiento del destino la fuga implica el desconocimiento del trayecto. La fuga es improvisada. El fugitivo huye, bien de un modelo social, doméstico o relacional que ya le es adverso o bien huye por constatación de un deseo o una necesidad inaplazables. El fugitivo puede huir de la justicia. Cuando delinques la fuga es más apresurada, y el lugar de destino puede estar fuera o en ti mismo, pero requiere la invisibilización del yo anterior. En cierto modo, el disfraz, por tanto, el destino es la ocultación. El que huye buscando una transformación tampoco renuncia a la acción, para Deleuze, nada es más activo que una huida. Una huida es agotadora.
Cuando huyes emprendes un camino hacia una situación de contingencia, dejando atrás las comodidades de lo ya establecido y conocido. Huir conlleva el riesgo de no regresar y supone un extrañamiento del mundo. Es un lance que busca ventura y puede encontrar fatalidad. La fuga es, en cualquier modo, un acontecimiento creador que desplaza al actor del flujo de la normalidad. Antonio Pau nos indica que el fugitivo tiene muchos rostros: «el del acosado, el perseguido, el refugiado, el exiliado, el evadido, el prófugo» 13. La diferencia de todas estas huidas en relación a la fuga reflexionada, es que esta última, palpita en busca de la felicidad.