Camara Oscura

Madrid
ARTESANTANDER / Camara Oscura

Fotografía de la instalación El Monte Perdido, 2017

Director

Juan Curto

Contacto

C/ Alameda, 16 1º B
28014 Madrid
Tel.: 91 429 17 34
info@camaraoscura.net
www.camaraoscura.net

Artistas representados

Jamie Baldridge
Elina Brotherus
Julia Fullerton-Batten
Line Gulsett
Nanna Hänninen

Ellen Kooi
Riitta Päiväläinen
Johann Ryno de Wet
Irene Sánchez Moreno
Cecilia de Val

Cecilia De Val

El Monte Perdido es un legendario monte situado en los Pirineos entre Francia y España, que con sus 3.352 metros de altura es el macizo calcáreo más elevado de Europa. Tiene la particularidad de ser invisible desde los valles de alrededor, de ahí su nombre. En 1787 el geólogo y botánico Ramond de Carbonnières (Estrasburgo, 1755–París, 1827) lo divisó por primera vez desde otra cumbre del Pirineo francés y a partir de aquel momento comenzó a proyectar la que sería la aventura de su vida: el estudio y la conquista de la cumbre del Monte Perdido, que no se materializaría hasta 1802.

El Monte Perdido, por las características de su suelo de origen sedimentario marino y su altura, posee una flora muy especial y un singular paisaje que refleja una forma de vida tradicional que, según la Unesco, proporciona una vista interior excepcional a la sociedad europea del pasado a través de su paisaje de pueblos, granjas, campos, pastos de altura, y carreteras de montaña.

Este proyecto documenta un estudio experimental llevado a cabo durante los dos últimos años. Varias fotografías tomadas en este paraje del Monte Perdido son sometidas a un particular proceso de (des)revelado: primero son reveladas–impresas en un fino papel fotográfico de poliéster, a continuación son sumergidas en un recipiente con agua mezclada con unas gotas de ácido acético a una temperatura de entre 3 y 5 grados centígrados, y por último son cuidadosamente extraídas del recipiente.

Esta suerte de deconstrucción fotográfica y de creación de ”nuevos paisajes” busca ahondar en la reflexión sobre el significado de la imagen y de las implicaciones que la desmaterialización de la fotografía ha supuesto la era digital: imágenes que han pasado de ser papeles en un cajón a algoritmos en la red o a fragmentos en estado líquido.